Un día
le robaron su cuento,
trozo de vida único,
narrador de plenitudes.
De amistades magníficas,
sucesos familiares,
amores tiernos,
trabajo persistente:
de eso estaba hecho.
Pérdida definitiva,
arrancado de adentro,
nunca más encontrado.
Carencia sola.
La vida era
desde ahora,
parálisis,
dolor y sufrimiento,
despojo de ilusiones,
esfuerzo sin recuerdos.
Manos paralizadas
sin sentimientos.
Mente vaciada .
Todo y menos.
El olvido la había encontrado
tocándole el hombro,
dejándola sin aliento,
robándole su historia.
Ese día
que le quitaron