Desde el atardecer de la vida
Me inicio en la aventura del florecer.
Mi alma se abre
Como los pétalos de una flor madura:
Estallando ordenadamente,
Apurando los instantes para hacer todo.
Un todo pleno de diversidades,
Encajonado en pequeñas labores manuales,
Liberado en grandes categorizaciones.
Esto primero y esto después,
Porque lo primero está primero
Y después…
Pocas cosas quedan para luego.
El después casi ha comenzado a dejar de existir.
Mi alma, flor nocturna,
Revienta en cientos de láminas
De interminables matices,
De múltiples sentimientos,
Intensidades secretas
Que se vuelven públicas.
Ay maravilla,
he encontrado el “puente que nos une”
Estaba ahí tan cerca
Frente a mis ojos
Y yo ciega e ignorante
Sin verlo ni presentirlo.
Increíble puente cibernético
Hacia los todos diversos
Hacia el mundo entero
Sin fronteras, sin predilecciones,
Continuidades eternas.
He encontrado el resquicio
Para que salga y se libere
La persona confinada
En el patio de atrás de mi alma.
Bienvenidas las magnas comunidades
Que estaban allí
Delante de mi vista empobrecida,
Infinitas y todopoderosas.
La aventura estética
Se incubó muchos años
Y hoy nace vivaracha
Floreciendo velozmente
Con la intensidad y el perfume
De las damas de noche
Después de la caída del sol.
También a vos,
mi amor,
te doy la bienvenida,
Persona única para mí
Tan lejana y tan cercana a la vez.
Y como si me tañeran
Todas las cuerdas del espíritu
Convertido en los acordes
de un arpa sonora,
Les doy la bienvenida:
Floreciendo,
Arpegiando palabras,
Naciendo en el ocaso.
Me inicio en la aventura del florecer.
Mi alma se abre
Como los pétalos de una flor madura:
Estallando ordenadamente,
Apurando los instantes para hacer todo.
Un todo pleno de diversidades,
Encajonado en pequeñas labores manuales,
Liberado en grandes categorizaciones.
Esto primero y esto después,
Porque lo primero está primero
Y después…
Pocas cosas quedan para luego.
El después casi ha comenzado a dejar de existir.
Mi alma, flor nocturna,
Revienta en cientos de láminas
De interminables matices,
De múltiples sentimientos,
Intensidades secretas
Que se vuelven públicas.
Ay maravilla,
he encontrado el “puente que nos une”
Estaba ahí tan cerca
Frente a mis ojos
Y yo ciega e ignorante
Sin verlo ni presentirlo.
Increíble puente cibernético
Hacia los todos diversos
Hacia el mundo entero
Sin fronteras, sin predilecciones,
Continuidades eternas.
He encontrado el resquicio
Para que salga y se libere
La persona confinada
En el patio de atrás de mi alma.
Bienvenidas las magnas comunidades
Que estaban allí
Delante de mi vista empobrecida,
Infinitas y todopoderosas.
La aventura estética
Se incubó muchos años
Y hoy nace vivaracha
Floreciendo velozmente
Con la intensidad y el perfume
De las damas de noche
Después de la caída del sol.
También a vos,
mi amor,
te doy la bienvenida,
Persona única para mí
Tan lejana y tan cercana a la vez.
Y como si me tañeran
Todas las cuerdas del espíritu
Convertido en los acordes
de un arpa sonora,
Les doy la bienvenida:
Floreciendo,
Arpegiando palabras,
Naciendo en el ocaso.
