
Pesa la piedra que arrastras.
Está formada de soles y lunas,
de amor infinito
y deseos concedidos.
Va dejando un surco,
muy a pesar tuyo.
Avatares cotidianos
cargan tu espalda
y te hunden el pecho.
Muy a pesar tuyo,
muy a pesar mío.
Brilla la piedra que llevas.
Su rastro fluoriza las veredas.