Sube la pena por mi pecho,
desgarrándome.
No encuentro el puente
que la pierda.
Las grietas de mis labios secos
sangran lágrimas.
No encuentro el puente
ni tus palabras.
Poco a poco mi cabeza cae
en un abismo de nadas.
Aunque tú veas
dos ojos desafiantes
que te miran...
no son ciertos.
La sonrisa mía surge entera
y mentirosa
Lo único cierto es mi dolor...
y el tuyo.
2 comentarios:
Estimada Dea Bea: Quizá un día me caiga en la pereza de que ser humano me permite cruzar de un lado a otro sin puente, recién ahí me preguntaré '¿Dónde está el puente que nos una?'
Al fin te encontré!! No fue nada difícil... :P
Un beso grande!!
David.-
AHH David que pensamiento tan profundo!! es difícil la cosa: hay seres que no necesitan puentes para unirse...eso quisiste decir no?
Un abrazo
Bea
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