jueves, 26 de septiembre de 2013

Ese muro







En el jardín hay un muro
de piedras adormiladas
entre musgos, bajo el verde
de la hiedra que se agarra.

Esas piedras camufladas
a veces se vuelven mágicas
y por poderes ignotos
se abre una estrecha grieta
ante perplejas miradas.


Y entibiando la tristeza
por un segundo glorioso
el muro se desvanece
dejando ver un jardín
lleno de flores muy tersas.

Hay pájaros multicolores
de cantares diferentes
y son pequeñas orquestas
en el agua de la fuente.

Un ángel amor lo cuida
y arroja pequeñas flechas
hasta que el muro se aquieta
y otra vez se vuelve piedra.


Nota de interés:
Sin que sea un hecho científico comprobable, algunos estudiosos doctores proponen que el castellano tiene cierta querencia por el ritmo octosilábico, que suena especialmente cercano y se adapta fácilmente al habla y al oído de los hispano-hablantes.

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